¡Bienvenidos nuevamente amigos del blog!
El tema de hoy es "la grasa siliconada", seguro se preguntan de qué se trata esto, bueno a continuación veremos qué es y para qué sirve. Esperamos que les sea de utilidad esta nueva información.
La grasa siliconada o pasta térmica es un componente infaltable en nuestro equipo informático a la cual muchas veces se le presta muy poca atención. La grasa va en medio del disipador; encargado de disipar el calor; y el microprocesador. La misma se consigue en comercios de electrónica e informática y generalmente es vendida en una jeringa, la cual se utiliza para su aplicación.
Composición de la grasa siliconada
En primer lugar es necesario discriminar entre los diferentes tipos de pasta térmica, entre los que podríamos decir que dos de ellos son los más comunes: las basadas en componentes cerámicos y las basadas en componentes metálicos.
Las primeras, las pastas térmicas cerámicas, se caracterizan por tener un color blanquecino. Su composición se basa en polvo de cerámica en suspensión sobre una mezcla de líquido, generalmente una especie de silicona. Se trata de una pasta térmica barata y básica que suele encontrarse a la venta en tiendas especializadas en electrónica, aunque no se recomienda su uso en componentes de ordenador debido a que las temperaturas que recogen los componentes hardware de un ordenador suelen ser exageradamente altas.
Debido a ello
se necesita algo más, y aquí entra en juego el segundo tipo: la pasta
térmica metálica. Al igual que la cerámica, se parte de una base de una especie
de silicona a la que se le añaden metales como aluminio o plata que
ofrecen una conductividad térmica mucho mayor que la cerámica. Son más caras,
pero ideales para soportar las altas temperaturas de un chip de ordenador.
Existen muchos otros tipos
de pasta térmica, aunque estos dos de aquí arriba son los más comunes. También
es posible encontrar pasta térmica de cualquiera de los dos tipos con
pegamento, nada recomendable para servir junto al disipador y a un procesador
de ordenador.
¿Por qué deberías cuidar la grasa siliconada de tu ordenador?
CPU, GPU y
chipset, estos son los tres elementos de un ordenador doméstico que usualmente
utilizan pasta térmica que, al tener una base líquida (más bien viscosa, como
ya he dicho anteriormente), tienen una pequeña parte de agua que puede
evaporarse con el paso del tiempo y dar lugar a una masa sólida.
Generalmente suele ocurrir tras varios años de uso, aunque dependiendo de las
circunstancias y de la calidad de la pasta térmica también puede ser algo
antes.
Esta masa sólida rompe completamente
la finalidad de la pasta térmica, que es la de rellenar los huecos existentes
entre el procesador y el disipador y que aparecen con el paso del tiempo,
debido por ejemplo a la expansión y contracción de los materiales con los
cambios de temperatura. Por ello es importante que la pasta térmica esté en
perfecto estado durante todo su período de vida.
Si una pasta térmica está
en buen estado proporcionará una buena conductividad térmica entre
procesador y disipador, haciendo que el calor se mueva correctamente al
segundo. Si está en mal estado el calor se quedará en el procesador, provocando
un sobrecalentamiento que en ocasiones límite puede dar lugar al
malfuncionamiento del chip e incluso a su deterioro físico. Por ejemplo, los
límites físicos de una CPU están entre 95 y 110 grados centígrados,
momento en el cual el fabricante no garantiza lo que le pueda ocurrir al chip
desde el punto de vista físico. Lo más usual es que los circuitos internos se
quemarán debido al intenso calor, teniendo que tirar a la basura el componente.
¿Cómo comprobar si la grasa siliconada de nuestra PC está en buen estado y cómo debemos cambiarla?
Lo más sencillo que podemos hacer es monitorizar las temperaturas de nuestro ordenador, teniendo en
cuenta la temperatura ambiente y estudiando los incrementos producidos con el
paso del tiempo bajo las mismas circunstancias: el ordenador encendido durante
media hora y sin ejecutar ningún proceso, por ejemplo, con los ventiladores
funcionando a las mínimas revoluciones y con una temperatura ambiente fija.
Sin embargo esto suele ser una tarea algo tediosa que requiere que
estemos atentos durante muchos meses para tomar las temperaturas, almacenarlas
y organizarlas. Es mucho más fácil
reemplazar la pasta térmica cada cierto tiempo, para lo cual sólo es
necesario un destornillador (generalmente uno de estrella, casi todos los
tornillos de un ordenador tienen la misma cabeza) y algo de paciencia.
El método o proceso para un procesador central o CPU es el
siguiente:
1- Se abre
la tapa lateral del
ordenador. No tiene pérdida, aunque cuidado con algunos modelos de cajas que
tienen un ventilador que lleva un cable al interior de la caja.
2- Se extrae
el disipador. Este punto es
uno de los más delicados, ya que es posible que el disipador utilice tornillos
o solapas a presión. En cualquier caso, si no tienes experiencia, es
recomendable acudir a la web oficial del fabricante del disipador para estudiar
cuál es el método a seguir.
3- Una vez
extraído el disipador ya lo habremos separado de la placa base. Se puede
extraer también el procesador,
sacándolo de la placa base con cuidado (algunos modelos tienen pines que se
doblan con la mirada).
4- Con el
procesador y el disipador en la mesa, los apoyamos sobre una superficie acolchada como un
trapo seco o una toalla. No es recomendable utilizar superficies duras para
evitar posibles problemas por un golpe no previsto.
5- Ahora, con
cuidado, se limpian todos los restos de pasta térmica tanto de CPU como
del disipador. Para ello se puede utilizar alcohol y papel higiénico, siempre con cuidado de no golpear ni
modificar la estructura de ambos componentes y eliminando la pasta térmica
restante de cualquier recoveco.
6- Una vez
limpios ambos componentes, se secan a fondo (de nuevo, con cuidado) y se aplica nueva pasta térmica. Para
ello es necesario cubrir la parte de contacto del disipador con una fina capa
de pasta térmica, generalmente un milímetro o menos. Es necesario moldear la
pasta hasta que quede regular, por ejemplo con la ayuda de un palillo de madera
o de un pequeño cacho de papel, utilizándolo a modo de espátula.
7- Una vez
aplicada la nueva pasta térmica es necesario volver a montar todas las partes. Ojo porque el procesador tiene
una única posición posible en el socket (generalmente marcada en una de sus
esquinas) y tiene que entrar sin ningún tipo de presión. Si hemos reinstalado
la CPU en la placa base, deberemos tener cuidado con no mover el
procesador para evitar derramar pasta térmica por otras zonas de la placa base.
Siempre es recomendable
reemplazar la pasta térmica en caso de extraer el disipador, ya que al
moverlo estaremos cambiando la posición de la pasta anterior y eso puede dar
lugar a zonas que no estén perfectamente cubiertas por el material. Cabe
destacar que el método arriba descrito no es único ni universal.
Respecto del tiempo de
reemplazo de la pasta térmica todo dependerá de la calidad de la
misma, de la temperatura ambiente, del tiempo de funcionamiento del ordenador,
del porcentaje de utilización de la CPU y alguna que otra razón más. Se recomienda reemplazar la pasta térmica
cada año, aunque los fabricantes de las buenas pastas suelen garantizar
el buen funcionamiento en periodos de entre tres y cinco años.
Por último, aunque nos hemos centrado en el procesador central o CPU, tanto GPU como chipset (y es posible que
otros componentes) utilizan pasta
térmica y es recomendable reemplazarla. Para ello seguiremos un proceso
similar al descrito arriba para la CPU: separaremos el chip del disipador
metálico, limpiaremos los restos existentes, aplicaremos la nueva pasta y
volveremos a montar.
Información obtenida de los siguientes links:
https://www.xataka.com/componentes/pasta-termica-todo-lo-que-necesitas-saber
Gracias por leernos una vez más.
Saludos S, G & F! 😄😄
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